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- Escrito por Arzobispado de Camagüey
- Categoría: PORTADA
- Publicado el 29 Junio 2022
La Iglesia celebra hoy la vida de fe, amor y servicio de estos dos hombres en favor de la propagación de la Buena Noticia. Sus vidas son testimonios del seguimiento a Jesús.
San Pedro fue discípulos del Señor, fue llamado por Él en el mar de Galilea pues era pescador (Mt. 4, 18; Lc. 5, 10; Jn. 1, 40); hombre de pocas letras pero una fe profunda aunque niega a Jesucristo tres veces la madrugada del Viernes Santo (Mt. 26, 69-74; Mc. 14, 66; Lc. 22, 56), después responde tres veces a Cristo Resucitado que lo ama, a lo que Él le revela otras tantas “apacienta a mis ovejas” (Jn. 21, 15-17), entregándole así el primado papal. Nos narran los evangelios que Pedro está presente en todos los momentos de la vida pública de Jesús:
o resucita a su suegra en Mateos 8, 14-15 y a la hija de Jairo en Marcos 5, 37 y Lucas 8, 51;
o camina sobre las aguas en Mateo 14, 28-31;
o pide explicación para las parábolas en Mateo15, 15 y Lucas 12, 41;
o hace profesión de fe y Jesús le promete darle las llaves del Reino en Mateo 16, 16-19 - Marcos 8, 29- Lucas 9, 20 y Juan 6, 68;
o se resiste ante el anuncio de la Pasión de Jesús en Mateo 16, 22-23- Marcos 8, 32;
o es uno de los discípulos testigos de la Transfiguración de Jesús, junto a Juan y a Santiago, en Mateo 17, 1-8- Marcos 9, 2-8 – Lucas 9, 28;
o hace preguntas sencillas pero profundas, como “¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano?” en Mateo 18, 21-22 y le cuestiona a Jesús “¿qué recibiremos a cambio de seguirte?” en Mateo 19, 27- Marcos 10, 28 y Lucas 18, 28;
o fue a preparar la última cena en Lucas 22, 8;
o se niega a que Jesús le leva los pies y después quiere que le lave el alma en Juan 13, 6-9;
o le pide a San Juan le pregunte a Jesús quién es el discípulo que lo va a traicionar en Juan 13, 24;
o es llamado por Jesús para velar y orar en el Huerto de Getsemaní en Mateo 26, 37 y Marcos 14, 33;
o saca una espada y le corta la oreja al criado del Sumo Sacerdote en Juan 18, 10;
o el ángel mensajero del Sepulcro les dice que Jesús ha resucitado y los espera en Galilea en especial a Pedro en Marcos 16, 6-7;
o se levantó corriendo y fue al Sepulcro en Lucas 24, 12 y Juan 20, 3-4.
Por otra parte, San Pablo persiguió a los cristianos en los primeros años después de la muerte de Jesús. Pero tuvo una fuerte conversión y después fue uno de los seguidores más fervientes y arriesgados de su época. Llevó la Buena Noticia a todas las ciudades del mundo conocidas entonces: Cesarea, Tolemaida, Tiro, Sidón, Salamina, Antioquía, Pafos, Tarso, Derbé, Listra, Iconio, Antioquía de Pisidia, Hierapolis, Laodicea, Colosas, Pergé, Atalia, Mira, Mileto, Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Troas, Neápolis, Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas, Corinto, Siracuso, Puteoles y Roma; todas ellas en tres viajes y un cuarto viaje en cautividad.
A él se deben la mayoría de las epístolas. A las comunidades fundadas por él: Romanos, Corintos, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, Tesalonicenses y Hebreos; y a los ministros que estaban al frente de estas Iglesias: Filemón, Tito y Timoteo. En ellas encontramos la fe de un hombre tocado por el espíritu Santo. El libro de los Hechos de los Apóstoles, se dice escrito por su discípulo San Lucas y por eso describe toda su conversión y acción en favor del Evangelio de Jesucristo.
San Pedro y San Pablo son martirizados y mueren un 29 de junio, el primero en la cruz pero invertida porque no se cree digno de morir igual que Nuestro Señor, y el segundo a filo de espada, honor concedido pro ser ciudadano romano. Sirvan sus vidas como testimonio fiel de unión a Dios y a sus enseñanzas para alcanzar el reino prometido por su Hijo.<